Las calles de Getsemaní, entre mitos y leyendas; parte 1

Seguro conoces esta calle, pero no como te lo contaremos.

Getsemaní es un barrio que a través de la historia se ha visto envuelto en todo tipo de situaciones pintorescas, desalentadoras, rocambolescas, pero también mágicas, donde la realidad ha parecido superar en situaciones concretas, la radical ficción que conocemos. Aquí te contaremos algunas de esas historias míticas, legendarias y épicas, donde se ha compartido situaciones que han encerrado consecuentemente la forma en que hoy se nombra y conocen muchas de sus calles.

Calle de la Sierpe: Entre leyendas y realidad 

Una de las calles más icónicas de Getsemaní, la Sierpe, conecta directamente con el alma del barrio. Hoy es un pasadizo comercial lleno de restaurantes, arte y cultura, pero su historia se teje con hilos de misterio y tradición.

Su nombre, la Sierpe, hace referencia a cómo antiguamente se llamaba a las serpientes en el español local. Algunos dicen que, en el pasado, estas criaturas eran habitantes habituales de la zona, y por eso la calle tomó su nombre. Otros afirman que fue su forma serpenteante la que inspiró la denominación que hoy encontramos en libros, mapas e incluso en Google. Pero… ¿y si el origen fuera aún más oscuro?

Corre el rumor de que, en 1608, un suceso perturbador rompió la tranquilidad de quienes vivían en esta calle. Los vecinos llevaban noches escuchando extraños silbidos y sonidos reptantes en la oscuridad. Temían que una serpiente gigante acechara el sector, amenazando a las familias, esclavos y animales que allí convivían. Fue entonces cuando el alcalde Jacinto de Arboleda y Ortiz decidió investigar.

Cuenta la historia que, al encontrarse cara a cara con la temida criatura (una enorme serpiente de cascabel) el alcalde no dudó en recurrir a prácticas místicas. Algunos dicen que realizó un conjuro, y que, ante los ojos de todos, la serpiente se transformó en una mujer. La comunidad, aterrada, la señaló como una bruja. La detuvieron y, según las versiones más oscuras, fue sacrificada para que la maldición que pesaba sobre la calle desapareciera.

Esta calle ha sido testigo de la evolución del barrio, desde sus inicios humildes hasta convertirse en un epicentro cultural. Hoy, al caminar por la Calle de la Sierpe, se puede sentir la mezcla de historia y modernidad, con casas coloridas que narran historias de antaño y murales que reflejan el espíritu vibrante de Getsemaní.​

Getsemaní es un barrio que, a través de sus calles, narra historias de resistencia, transformación y orgullo. Cada rincón es un reflejo de la rica herencia cultural de Cartagena y una invitación a descubrir las leyendas que han dado forma a este emblemático lugar.​

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